Buen lunes, amigue. hace rato que no nos leemos. Pero acá estamos de nuevo. Voy a abrir nuestro encuentro semanal con una anécdota dentro de la agenda de lesa humanidad y memoria, lo que sería una “nota de color” si nuestro contexto fuera un aula y nuestro vínculo un intercambio sobre géneros periodísticos. Pero la verdad es que antes de contarte sobre veredictos vergonzantes, domiciliarias que se parecen a libertades encubiertas y capturas de represores que hasta ayer vivieron lo más panchos, quiero hablarte de algo que tuve la suerte de presenciar y que me dejó enternecida, esclarecida también.
El sábado estuve en una celebración de cumpleaños que organizaron en Chicos del Sur, la casa de un colectivo querido que trabaja con pibis de Villa Fiorito, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Es una orga para la que el reclamo por memoria, verdad y justicia es pilar en el trabajo con la comunidad, junto con la lucha contra el hambre de las infancias y su criminalización —por allí pasan 80 pibis todos los días, más vecines del barrio que participan de talleres de arte y deportes—. Y lo laburan, lo amasan, lo hacen fluir desde el amor y la alegría, con la frente y el pecho erguidos, con el peso y el aplomo que da la ternura.
Te contaba que el sábado a la tarde, con murga, obra de teatro y música, banderines, merienda, torta y velitas, Chicos del Sur le celebró en plena calle el cumpleaños número 64 a Rosita Figueroa, una vecina de la zona —el barrio lindero Villa Albertina— que fue secuestrada en septiembre de 1976, cuando le faltaban días para cumplir 16 años. Acá está la cobertura, pero quiero transcribirte lo que me dijo Estela Rojas, una de sus referentes:
“Vino a calzar en una necesidad propia del espacio la figura de Rosita Figueroa, nos parecía muy importante que una niña que todavía no había llegado a cumplir sus 16 años tenía la fuerza para luchar, para mirar a su barrio, construir, saber que en ese lugar faltaban veredas o faltaba una unidad sanitaria, y pelear por cada una de esas cosas, pero no pelear como alguien solitario sino pelear en comunidad. Eso nos parece muy importante, nosotros tenemos esa propuesta en nuestro espacio. Entonces, queremos mirar a Rosita Figueroa no como si se mirara nostálgicamente al pasado, sino mirar al pasado porque es donde abrevamos para esta fuerza que tiene nuestro futuro. Estos chicos y chicas que vienen acá son lógicamente parte del 66% de niños y niñas pobres que acaba de anunciar el INDEC, pero es un porcentaje que no se entrega, que está en la lucha, que sabe que tiene las fuerzas económicas, los poderes reales en contra, pero que tiene la resistencia de la lucha y del esfuerzo y de todo lo que es común. Hacemos todos los días un país chiquito, el que soñamos, y lo vamos a construir en grande”.
Es tan clarificador pensar la construcción de la memoria como lo propone Estela, como si fuera un mundo pequeño que se arma todos los días, para desde él mirar todos los días al futuro e imaginarlo como lo soñamos.
La semana en juicios
Y ahora, la dura realidad. El viernes hubo veredicto en el juicio que se siguió durante año y medio por los crímenes cometidos en el centro clandestino Puente 12 desde 1974. La decisión, a tono con como dirigió el Tribunal Oral Federal número 6 de la ciudad de Buenos Aires al debate, fue vergonzante y decepcionante, como calificó la integrante de la Comisión Vesubio Puente 12 Viviana Losada en declaraciones a La retaguardia. Los jueces Daniel Obligado, Sabrina Namer e Ignacio Fornari condenaron a 25 años de prisión a Enrique Del Pino, jerarca del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, pero absolvieron al oficial de Inteligencia del Batallón 601, Walter Roque Minod; y a los policías Carlos Alberto Tarantino y Angel Salerno. El único condenado a perpetua fue el oficial policial Néstor Ciaramella.
En Neuquén, la Fiscalía culminó este viernes su alegato con pedido de 25 años de prisión para el exjuez Pedro Duarte y el ex fiscal Víctor Ortiz, en el marco del juicio que se les sigue por su complicidad con crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
El otro episodio vergonzante que tuvo lugar la semana pasada en la agenda judicial de lesa lo protagonizó el represor y apropiador de bebés Juan Carlos Vázquez Sarmiento durante el juicio que se le sigue por mantener gente secuestrada en la Regional de Inteligencia “Buenos Aires” durante el genocidio de la última dictadura.
Dejo acá el cronograma de audiencias para los próximos días.
Otras noticias
Visitas oficiales: El gobierno confirmó que hubo otra visita de los diputados de La Libertad Avanza (LLA) a los genocidas que están presos. Sucedió en marzo y fue a represores detenidos en Campo de Mayo.
Mientras los “muertos vivos”, como se autodenominan un grupo de represores que cumplen condenas en Campo de Mayo, siguen insistiendo con que el Gobierno les devuelva la libertad, la mayoría de los genocidas condenados e investigados cumple encierro en su casa. Algunos, no obstante, podrían perder el beneficio. Uno de ellos es el piloto condenado por los vuelos de la muerte de la ESMA Alejandro D’Agostino. Otro es Walter Pagano, personal civil de inteligencia del Batallón 121, en Rosario.
Detenciones y procesamientos: A mediados de semana el juez Daniel Rafecas informó la detención de Aníbal Sánchez, un militar que revistió en el Regimiento de Infantería número 6 de Mercedes y que compartió andanzas de patota secuestradora y torturadora con Martín Sánchez Zinny y Emilio Pedro Morello, entre otros represores condenados el año pasado. Sánchez se profugó en 2018, a poco de que Rafecas dictara su indagatoria. Lo encontraron en el sur de Brasil, en Río Grande do Sul. Permanece allí aún, a la espera de que el país vecino acepte la excarcelación.
En Resistencia, Chaco, la jueza federal Zunilda Niremperger procesó a Gabino Manader, suboficial de la Dirección de Investigaciones de la Policía del Chaco, por el secuestro y las torturas de los párrocos Joaquín Nuñez y Gianfranco Testa, sucedidas en 1974. Nuñez y Testa estuvieron vinculados la surgimiento de Las Ligas Agrarias.
Nueva sentencia: La Corte Suprema dejó sin efecto la confirmación de la absolución de Raúl Martín, jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Militar Campo de Mayo durante la última dictadura, por su participación necesaria en la comisión de delitos de lesa humanidad.
Condena internacional: La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) ordenó al Estado de Chile anular la aplicación de la media prescripción a condenados por delitos de lesa humanidad perpetrados contra 49 personas en el contexto de la dictadura. La sala de casación de la Corte chilena había aplicado esa decisión, lo que implicó una reducción significativa de las penas, entre 2007 y 2010.
Gracias por tu lectura, como siempre.
Nos vemos el lunes próximo.
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