Y sucedió nomás: el lunes pasado, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en caja de resonancia de la justificación de la última dictadura de la mano de Victoria Villarruel y su pretendido “homenaje” a las “víctimas del terrorismo”, en relación a las personas que fallecieron como resultado de acciones de agrupaciones guerrilleras setentistas. En las inmediaciones del parlamento porteño, miles de personas manifestaron su repudio.
Les compas de La Retaguardia realizaron una cobertura audiovisual de la jornada, en la recogieron testimonios en la calle y tomaron fotos. Buena también la cobertura de LaVaca.
El acto por completo fue una demostración de cómo la candidata a vicepresidenta —con familiares cercanisimos vinculados al terrorismo de Estado— y su estrategia “parasita el lenguaje de derechos humanos construido por las víctimas de la dictadura”, como dice Raúl Arcomano en esta nota que publicó Crisis en 2017. Video con fotos de personas que fallecieron en acciones guerrilleras, reclamos por “¿dónde están?”, aunque sus cuerpos hayan sido duelados en su momento; por “justicia”, por “memoria” y “verdad”, como si no se supiera, de punta a punta, qué ocurrió con ellas.
Tres familiares encabezaron el acto en el Salón Dorado de la Legislatura: Lorenza Ferrari —su hija, Laura Ferrari, de 18 años, falleció tras el estallido de un coche bomba en 1974—, Graciela Saraspe —su padre fue asesinado en Tucumán en 1974— y Arturo Larrabure —su padre fue secuestrado por el ERP en 1974 y apareció muerto en 1975 y la entrevista quie te sumo en su nombre de María O´Donell es muy interesante—. “Acá hubo una guerra, plazca a quien le plazca”, postuló Ferrari. "Ellos estaban dueños del pueblo", planteó a su turno Saraspe. “Durante 30 años mantuvimos silencio y en 2003, con el gobierno de Néstor Kirchner, decidimos que era tiempo propicio para comenzar a mostrar que nuestros familiares tenían derechos humanos que no se habían respetado”, reseñó Larrabure. En esta nota de Página/12 se enumera y detalla quiénes fueron los invitados al acto. Y aquí, Ricardo Ragendorfer desde Tiempo Argentino aporta lo suyo.
Más tarde, tras el acto, la diputada de La Libertad Avanza fue consultada en una entrevista del canal de noticias La Nación+ sobre Estela de Carlotto y esto respondió:
No es la primera vez que Villarruel habla de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en tono despectivo y negacionista.
¿Por qué le pide a Estela que DIGA que su hija era militante de Montoneros? ¿Eso en qué modificaría la lucha de Estela y las Abuelas? ¿No es eso señalar que Laura Carlotto "merecía" su crimen, la apropiación de su hijo? ¿Por qué Viale no le pregunta eso?
¿Por qué necesita decir que el genocidio de la última dictadura es falaz para impulsar a los hechos que denuncian? ¿Por qué necesita atacar al proceso de memoria, verdad y justicia, a sus impulsores y actores? ¿Requiere justificar el genocidio su estrategia de "memoria, justicia y reparación" o es eso lo que es y ya? Acá una posible respuesta. Y acá esta otra de Fernando Tebele, para La Retaguardia, tan que dice lo que todes pensamos, ¿no? Imperdible.
Ante estas cuestiones, me hago eco de las respuestas que fueron aportando organismos de derechos humanos, referentes, militantes, comunicadores, quienes aportan a diario a la construcción de memoria colectiva, a la verdad histórica:
*Abuelas de Plaza de Mayo // Alejandro Slokar, juez camarista de Casación // CGT // UCR porteña //Legislatura
Servini insiste y ahora todes miramos a la Corte: La jueza al frente del Juzgado Federal número 1 volvió a rechazar en agosto pasado la pretensión de un grupo de abogados defensores de genocidas e incluso de un represor, de que se investigara a referentes de Montoneros por el estallido de una bomba en la Superintendencia de Seguridad Federal en 1976. Su decisión fue neuvamente apelada y todo indica que llegará a la Corte, que desde 2019 duerme otra causa del estilo, la del padre de Larrabure. ¿Qué onda?
Esta nota de Chequeado es bien pedagógica para la discusión “crímenes de la guerrilla=delitos de lesa humanidad sí o no”. Y ésta de Emilia Delfino en ElDiario.ar la rompe.
Encubridores de los vuelos de la muerte: La Cámara Federal de Mar del Plata ratificó los procesamientos resueltos por el juez Martín Bava sobre un médico policial, un empleado municipal y siete policías que ocultaban los cuerpos de detenides desaparecides que se encontraban en las playas de la Costa Atlántica y que habían sido arrojados desde naves aéreas. Carlos Facio, el exjuez que fue parte de la maniobra, apeló tarde, por lo que su procesamiento ya quedó firme.
Iniciativas contra el negacionismo: Frente al episodio de Villarruel en la Legislatura, vuelve a ser válida la pregunta sobre la pertinencia o no de una ley que limite estas expresiones. En la Legislatura bonaerense, una diputada presentó un proyecto que solo obliga a los funcionarios públicos de todos los poderes, jurisdicciones y niveles a capacitarse.
La canchita de la Escuela de Montaña de Bariloche: Durante la última dictadura cívico militar, la Escuela de Instrucción Andina del Ejército, ubicada sobre Bustillos, la principal avenida de Bariloche, funcionó como centro clandestino. Las personas secuestradas que pasaron allí por orden del área 524 —unas 70— fueron mantenidas cautivas en la cancha de pelota paleta del predio. El lugar será señalizado como sitio de memoria el próximo lunes.
Despedida: Ayer, a los 93 años, murió Noemí Labrune, fundadora de la APDH Neuquén y referente de los derechos humanos de la Patagonia.
La tribuna negacionista: Quienes abogan por la impunidad para los represores y aquellos que señalan falencias en el proceso de juzgamiento por su comportamiento aberrante durante la última dictadura no solo tienen ahora representación democrática. Siempre tuvieron a La Nación, esa tribuna que coreó y corea enf avor de sus “presos políticos”. Si tenés ganas, acá te dejo una nota de opinión de Guillermo Ledesma, ex juez del Juicio a las Juntas, que se preocupa por la extensión de las prisiones preventivas y la falta de prisiones domiciliarias para los genocidas. Y esta nota sobre el libro que escribió el genocida Jorge Héctor Di Pasquale, uno de los que celebró a viva voz que La Libertad Avanza ganara las elecciones primarias desde la cárcel vip de Campo de Mayo.
El represor de la ESMA Adolfo Donda se puso un poco nervioso el lunes pasado durante una nueva ampliación de su declaración indagatoria en el marco del juicio que se le sigue por la apropiación de su sobrina Victoria Donda, una de las tantas veces en las que habló a lo largo del debate. Se la agarró con La Retaguardia, inclusive.
En el juicio Brigadas, la Fiscalía solicitó que se ampliara la acusación contra varios de los represores que esperan una condena por los crímenes cometidos en Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, El Infierno y la Brigada de San Justo. Entre los hechos —secuestros y tormentos, abusos sexuales— por los que la Fiscalía solicitó se acuse a los represores de los centros clandestinos que formaron parte del Circuito Camps figura el de la apropiación del nieto 133.
En La Rioja, la Fiscalía también solicitó la ampliación de la acusación en contra del gendarme retirado Abelardo Britos, juzgado desde hace algunos meses por el asesinato de Wenceslao Pedernera y de otra treintena de personas.
En Corrientes, se realizó una inspección ocular en lo que fue el Regimiento de Infantería 9, en el marco del juicio por los crímenes de la Brigada Séptima. Hubo testimonios en los juicios de ESMA VII, Jefatura III (Tucumán) y Zona V del Ejército (Bahía Blanca).
En ABO V y Muñiz Barreto hubo alegatos. En este último debate, la Fiscalía y la querella que representa el abogado Pablo Llonto solicitó que se condene a prisión perpetua al represor Luis Abelardo Patti, que fue comisario de Escobar durante la dictadura, intendente en la democracia de la impunidad y diputado años antes de que fuera detenido en el marco de la investigación por crímenes de lesa humanidad, por su participación en el asesinato del diputado Diego Muñiz Barreto, en 1977, y de la tentativa de asesinato de Juan José Fernández. Este viernes habrá alegatos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Subsecretaría bonaerense.
El cronograma de audiencias de esta semana es el que sigue:
50 años del golpe de Estado en Chile: El 11 de septiembre de 1973, cuando el gobierno de Salvador Allende fue destituido mediante la Fuerzas Militares de Chile con el apoyo, la connivencia y el plan de Estados Unidos, comenzó el desembarco en América Latina del neoliberalismo, ese sistema que nos ahogó y del que aún no podemos deshacernos. Pasaron 50 años.
Te dejo algunas notas que fueron publicadas la semana pasada y que ayudan a pensar aquel episodio que es parte de nuestra identidad como latinoamericanes:
+Especial de Tiempo Argentino, +Argentina le quita tres condecoraciones a Pinochet, +Cárcel común para represores y reparación económica para víctimas, +Las víctimas menos visibles del golpe, +Espionaje a refugiados en la embajada argentina, +Las reivindicaciones a Pinochet, vigentes. Con marcha y todo.
Dejo tres entrevistas para seguir pensando la actualidad del proceso de memoria, verdad y justicia a la luz del presente y el futuro.
Daniel Feierstein charló con Luciana Bertoia sobre negacionismos o “algo mucho peor”. Gerardo Aranguren dialogó con Valentina Salvi a propósito de la puesta en escena de Villarruel y lo que implica, en estos 40 años de democracia. Y yo charlé con el investigador Santiago Garaño sobre el perfil patriarcal del surgimiento de la represión ilegal que inundó el país durante la última dictadura cívico militar, a propósito de su nuevo libro, “Deseo de combate y muerte. El terrorismo de Estado como cosa de hombres” (Fondo de Cultura Económica de la Argentina).
HIJAS es un hilo que teje conversaciones y obras, que hilvana memoria, testimonio y la permanente construcción colectiva del Nunca Más. Un ciclo de encuentros encabezados por Teresa Laborde, hija de Adriana Calvo, con otras hijas: Malena D’Alessio será la primera. Viernes de septiembre a las 19.30, en Mu Trinchera Boutique, Ríobamba 143. CABA.